20 de mayo de 2008

Sueño

Me desperté presintiendo que ya no estabas y la angustia no me dejaba respirar, miraba a mi alrededor buscando algo que me tranquilizara, aun cuando sabía que la oscuridad no me lo permitía.
Intenté calmarme, sentía como una presión en el pecho que me impedía moverme con soltura. Como pude, me fui apoyando en la pared y me dirigí hacia el baño, abrí el grifo y dejé que el agua resbalara por mi rostro. Parecía que las aguas volvían a su cauce.
Me incorporé y respiré profundo, todavía sentía alguna molestia. Volví a la habitación y me senté en el borde de la cama.
Una lágrima se asomó tímida sin saber muy bien cual era su destino, sentía una soledad profunda de repente, ¿y si era verdad? ¿y si ya no estabas?
Porqué no lo habría pensado antes, porqué no hice nada por resguardarte en mi lecho, no dejarte escapar...¿que haría ahora?
No podía ser, no podía imaginarme que fuera real, no era posible. La intriga, el desconcierto se fueron apoderando de mi poco a poco. Empezaron a llegar la ansiedad, los nervios...
Miles de porqués decidieron unirse a la marabunta de incógnitas que ya habitaban en mi.
No paraba de dar vueltas por la casa intentando averiguar si era cierto, si podría ser real o era una de esas malas jugadas que me provocaba mi otro yo.
Le tomé la delantera y empecé a pensar con claridad. Me amaba, no se iría sin despedirse, no podría desaparecer por mucho tiempo, volverá. Me necesita y vendrá a buscarme.
O no.
El torrente de desesperación volvió a inundar mi pensamiento. No lo aguantaba iría en su búsqueda. ¿¿Querría él que lo encontrara?? tenía que intentarlo...

No hay comentarios: