28 de mayo de 2008

Amar...sentir


Sentir como me amas,
amar como me sientes.
Saber que me buscas,
entender que no me mientes.

Saber que de tu boca,
saldrán las palabras
que tu alma evoca.
Saber que de tu piel,
sentiré el tacto,
que rozará mi ser.

Saber que no partirás,
al llegar el alba,
saber que permanecerás,
firme en tu causa.

Sentir que me sientes,
amar que me amas.
Saber que me encuentras,
en cada mirada.

22 de mayo de 2008

Relato

El taxi se acercaba al portal de tu casa y sólo pensaba en las ganas que tenía de despejarme un rato. Quizás ir a cenar y tomarme una copa, tener una agradable conversación , reir...no sé, algo que me sacara de la rutina que últimamente ocupaba todo mi espacio/tiempo.
A pesar de las idas y venidas por el mundo, que me exigía el trabajo, sentía que una amarga telaraña empezaba a cubrir mi vida de monotonía. No hacía más que viajar y viajar, y sentir la indescriptible soledad de los hoteles.

Tú me esperabas impaciente, ya hacía bastante tiempo que el único contacto que teníamos era telefónico. Llegué y me abriste la puerta sonriente, pero en cuanto viste mi cara cansada tu gesto se convirtió en comprensión. Cogiste mi maleta y la llevaste hasta el cuarto. Te seguí y aproveché para sentarme y dejarme caer sobre la cama, estirar los brazos y notar como todos los huesos intentaban recuperar su lugar primigenio. Cerré los ojos y traté de relajarme un sólo minuto...

Sentí como tu peso hacía vibrar la cama al sentarte, pero decidí no abrir los ojos. El silencio que escuchaba empezaba a transportarme hacia un estado de paz que creía desaparecido. Sentir tu mano mesando mi pelo, me despertó levemente de mi estado de concentración, pero sólo un instante, era muy agradable.

La constante caricia de tus manos me relajó por completo. Inhalé aire llenando mis pulmones profundamente y soltando a continuación un pequeño suspiro...
Tus manos descendieron por mi cuello muy suavemente, casi como un roce e hizo que un escalofrío recorriera mi espalda. Mi cuerpo empezó a reaccionas al estímulo que me provocaba tu tacto.

Empezaste a masajearme por encima de la blusa, hasta que la necesidad de contacto hizo que fueras desabrochando los botones poco a poco. Retiraste la tela que me cubría y noté como el aire erizaba mi piel al contacto del ambiente. Tu dedo recorrió la línea que divide mi cuerpo, muy despacio, dibujaste formas en él y sentí como tus besos coronaban la obra de arte que acababas de pintar.

Abrí los ojos y te observé dulcemente. Deseaba sentir por mucho tiempo aquella sensación, como mi cuerpo oxidado por el tiempo empezaba a recuperar el rubor de la excitación.
Decidí despojarme de los tacones y dejé resbalar la blusa por mis brazos para sentirme más aliviada. Empezaba a sentir calor, deseo...
Tomé tu mano te invité a sentarte a mi lado.

Nos quedamos unos segundos hablando con la mirada y pactando lo que iba a ocurrir a continuación.
Besé tus labios carnosos y dejé que mi lengua jugueteara con ellos, recorriendo cada centrímeto de suavidad.
Tu respiración se aceleraba a cada movimiento de mi cuerpo pegado al tuyo, al baile que empezábamos a ejecutar...
Mis manos se independizaron de mí y empezaron a tejer un nuevo destino en tu cuerpo. Acaricié tu torso ya desnudo y dibujé tus músculos con mis yemas... Tu boca se precipitó a saborear mi piel, besándome los pechos suavemente, mientras tus manos acariciaban mi espalda.

Sentía como tu cuerpo despertaba impetuoso, y un profundo calor empezaba a invadir mi intimidad.
Como si de una revolución se tratara desnudamos impacientes nuestros cuerpos, le declaramos la guerra al ocultismo que creaba la ropa y acercamos nuestras pieles deseosas de compañía.
Todo tu calor envolvió mi cuerpo como una cuerda invisible que me ataba a ti.
Los besos, el roce, las caricias... nos hicieron entrar en una dimensión paralela de excitación.
Tenía un sentimiento de vacío que deseaba que tu calmaras llenando mi ser. La respiración acelerada. El corazon latente deseando escapar... Tus manos dibujando mis medidas hasta alcanzar el centro de mi universo femenino... toda la tensión de la excitación previa, desembocó en un torrente de placer...un jadeo escapó entre mis labios y tu sonrisa iluminó el espacio.
Decidiste callar mi canto de sirena con tus labios y me besaste tan profundo que sentí como tu alma rozaba la mía.

Tu cuerpo pedía refugio y me buscaste para saciar tu deseo...entraste en mí firmemente, suave pero decidido, y el alivio se tranformó en suspiro huído de tu boca.
El rítmico movimiento ejecutó su pieza de baile mejor acompasada. Oleadas de placer cubrieron nuestro universo y vimos acercarse el ocaso...poco a poco, se acerca... la luz cegaba nuestra visión y el calor nos inundó por completo. Creía que no aguantaría por mucho tiempo aquellas placenteras sensaciones que se asemejaban misteriosamente al dolor...jadeos, caricias y algún beso fugáz...
Un segundo, que pareció efímero pero increíblemente intenso, hizo que sintiera como si la vida escapara de mi cuerpo, como si me transportara a un mundo paralelo cuando caí de golpe nuevamente en la realidad. La explosión de placer hizo que nos abrazáramos fuertemente y una lágrima asomó victoriosa en mis ojos. Respiré...

Extenuados nos acomodamos en el lecho. La respiración intentaba volver a la normalidad y el calor sublime comenzó a hacerse más suave.
Sentí una tranquilidad y una relajación incomparable.
Te miré y sonreías. Me guiñaste un ojo mientras tu mano dibujaba mi figura.
Tus labios dibujaron una palabra sin sonido que entendí al momento...sonreí divertida.

Creo que ya no me haría falta ir a cenar, ni a tomarme una copa, prefiero pedir el segundo aquí...

20 de mayo de 2008

Sueño

Me desperté presintiendo que ya no estabas y la angustia no me dejaba respirar, miraba a mi alrededor buscando algo que me tranquilizara, aun cuando sabía que la oscuridad no me lo permitía.
Intenté calmarme, sentía como una presión en el pecho que me impedía moverme con soltura. Como pude, me fui apoyando en la pared y me dirigí hacia el baño, abrí el grifo y dejé que el agua resbalara por mi rostro. Parecía que las aguas volvían a su cauce.
Me incorporé y respiré profundo, todavía sentía alguna molestia. Volví a la habitación y me senté en el borde de la cama.
Una lágrima se asomó tímida sin saber muy bien cual era su destino, sentía una soledad profunda de repente, ¿y si era verdad? ¿y si ya no estabas?
Porqué no lo habría pensado antes, porqué no hice nada por resguardarte en mi lecho, no dejarte escapar...¿que haría ahora?
No podía ser, no podía imaginarme que fuera real, no era posible. La intriga, el desconcierto se fueron apoderando de mi poco a poco. Empezaron a llegar la ansiedad, los nervios...
Miles de porqués decidieron unirse a la marabunta de incógnitas que ya habitaban en mi.
No paraba de dar vueltas por la casa intentando averiguar si era cierto, si podría ser real o era una de esas malas jugadas que me provocaba mi otro yo.
Le tomé la delantera y empecé a pensar con claridad. Me amaba, no se iría sin despedirse, no podría desaparecer por mucho tiempo, volverá. Me necesita y vendrá a buscarme.
O no.
El torrente de desesperación volvió a inundar mi pensamiento. No lo aguantaba iría en su búsqueda. ¿¿Querría él que lo encontrara?? tenía que intentarlo...

16 de mayo de 2008

Fantasía


Te has convertido en mi fantasía todo este tiempo, no sé como interpretar esa sensación, pero no voy a negar que la disfruto. Apareces en los momentos más isospechados, y me encuentro de repente soñando conscientemente en la vida paralela que me corresponde a tu lado.
No eres tú en realidad, creo que es la imagen que he creado de ti, como yo quiero. Sabes que siempre he sido bastante egoísta contigo, pero no me arrepiento. Me produce placer pensar que soy la dueña de esto.
Me imagino cientos y miles de situaciones que se reducen a la misma. Siempre aparece el mismo lugar, la misma luz y tu imagen oscura y desdibujada. Quizá no sea tu imagen.
Las sensaciones son repetitivas, es un bucle que no deja de provocarme sensaciones que ya creo haber vivido. Apareces oscuro, canalla, dominante y a la vez la imagen de mí en esas fantasías te considera su guardián protector, su salvador.
Quizá no sea correctamente dicho una fantasía, sino el recuerdo de la fantasía que viví contigo. No tengo recuerdos reales de aquella época, creo que mi mente ha ideado una realidad paralela que ha cambiado todo lo que en realidad pasó.
No me importa, me gustan estos recuerdos fantasiosos.
Hoy he vuelto a soñarte, a recordar una ficiticia situación, siempre entre tinieblas, siempre en silencio, pero muy presente.

13 de mayo de 2008

Deseos inacabados

Te veo en la distancia y siento un deseo inacabado...quizás no sea un deseo propiamente dicho, creo que puede ser una fantasía mezclada de recuerdos. Pero me hace sentir cosas que creía olvidadas...
Pienso y dejo volar mi imaginación.
En mis pensamientos eres más tú, veo tu lado más oscuro, ese que me fascina. En mi sueño expectante, tú eres el que llevas escondido.
En la distancia te añoro, recuerdo distorsionado a mi gusto para guardar como un tesoro tu recuerdo. Creo que nada tiene que ver con la realidad. Quizá tu huella en mi haya sido inventada por mi inspiración ensoñadora.
En la distancia eres fuerte, seguro, malvado y valiente. Eres el príncipe de las tinieblas. Mi rescatador de los suburbios. Eres el aliento de mi alma infecta.
En la distancia te veo como el señor dominado por los deseos de una insignificante niña, esa que te hace perder los papeles...
Cuando estás, cuando te siento a mi lado, mi corriente de sueños, deseos, fantasías y recuerdos se para, toma aliento e impulso, y vuelve a correr con fuerza al instante en que tu presencia se eleva.

9 de mayo de 2008

Y tu te vas

Y tu te vas y mi cancion se vuelve desesperada...
Vuelve a dibujarme con tus dedos, a cariciarme la mirada...
Conviérteme en tu sueño, y soñaré lo que me pidas...

8 de mayo de 2008

Lluvia


Escuchaba el constante ritmo del agua golpeando los cristales, era un día caluroso, pero estaba tapada hasta los ojos, me sentía pequeña y frágil, y me daba miedo salir de aquel cuarto.
Como un gran acto de valor, me levanté moribunda y me arrastré hacia el baño. Mi cuerpo estaba entumecido y mis ojos se negaban a abrirse del todo. La oscuridad oscupaba toda la casa, ni un sólo haz de luz conseguía atravesar las barreras.
Me desnudé ritualmente y dejé que el agua resbalara purificadora sobre mi cuerpo. Sentía las gotas acariciar mi piel y el calor me hacía recuperar la vida que me había abandonado durante la noche. Empecé a abrir los ojos y miré a través de la cortina de agua, me costaba adaptarme a la oscuridad, pero poco a poco se dibujó una figura frente a mi. Sus ojos se clavaban como dagas. Semblante serio y reflejo de luz parpadeante.
No me asusté, tendí una mano fuera de mi cascada y agarré el cigarro mientras cerraba el agua. Dejé que el humo inundara mis pulmones en una inhalación profunda. Lo apagué y cogí una toalla para tapar mi verguenza. La vergüenza de este cuerpo profanado por la vileza.
Me di la vuelta para salir hacia el cuarto cuando sentí tu aliento en mi nuca. Me paralicé y me puse en tensión. Sentía los segundos como horas, mi respiración se corto en lo que parecía una agonía dulce.
Tus labios rozaron mi cuello y mi cuerpo recuperó el aliento, que se volvió suspiro. La tensión desapareció mientras tomabas mis manos y dejabas que mi cuerpo apareciera de nuevo tras la caída del telón.
El camino de vuelta a la cama fué un pequeño vuelo de pájaro, el frío había desaparecido y la lluvia ya sólo extendía un suave manto húmedo sobre la tierra.