29 de octubre de 2008

Ya no soy tu muñeca


Levabas mucho tiempo jugando conmigo, era tu entretenimiento en los días de soledad, te arrancaba sonrisas y sueños, y eras feliz con lo poco que podía ofrecerte.
A mi me gustaba, me divertía ser una ilusión para ti. Me gustaba tener con quien jugar de vez en cuando. Con quien hablar los dias de agobio y soledad.
A veces me pedías demasiado, llegabas al punto en que debia ponerme seria, a veces incluso me enfadaba un poco, pero con dos boberias tuyas se me pasaba.
Siempre que podia y me apetecia iba a verte. Saliamos a jugar con la noche, a bailar, reir, beber y hablar y hablar de miles de recuerdos...
Hasta que desapareciste.
Ya no encontraba ningún mensaje que me hiciera recordarte y echarte de menos. No tenía con quien desahogarme esos dias en que todo es gris. Quien me arrancaría sonrisas ahora?
Empecé a preocuparme, a pensar que te habría pasado para olvidarte de mi de repente.
Te dejé mensajes. No tuve respuesta.
Me impacienté, me preocupé hasta que por fin caí... ya tenías otra muñeca.
Decidí llamarte para cerciorarme, así al menos dejaría de preocuparme por ti.
Y así era, ya tenías con quien jugar, con quien entretener las horas, a quien arrancar sonrisas y con quien beberte la noche...
No pude evitar sentir un halo de nostalgia y un poco de tristeza egoísta al pensar que todo cambiaría. Pero enseguida me alegré por ti. Sabía que lo deseabas. Tener una muñeca de carne y hueso, y no un montón de polvo de hada hecho de sueños.
Ahora sólo espero que tu nueva muñeca no se rompa como tantas otras antes, que ésta de verdad sea una princesa y no acabe convirtiéndose en monstruo y rompa ya tu maltrecho corazón.
Y si algún día te aburres, aquí siempre estará tu vieja muñeca...