21 de abril de 2008

Burbuja


Mi alma está llena de escarcha. Mi cuerpo gélido por el frío de tu ausencia. Estalactitas heladas clavadas en mi corazón aún caliente, cada latido me acerca un poco más a la muerte. Las cadenas de hielo me atan a la cueva de tu indiferencia. Mis labios azules ya no saben pronunciar tu nombre. El viento siberiano arrulla mis oídos en las noches eternas del polo, el polo donde tú me abandonaste.
Los lobos aúllan cercanos, oliendo en la brisa mi furia paranoica, la tormenta de mi tormento. Desapareceré cubierta de un manto blanco, mi cuerpo seguirá intacto pero mi alma volará hasta el infierno. Mi condena será la espera terrenal en mi cárcel gélida, nada me recordará la vida que una vez habitó mi ser, desapareceré de tus recuerdos y moriré en vida.
Viviré en la burbuja de tu remordimiento y volveré a revolverte en tus sueños, desconocerás mi imagen pero sentirás mi agonía. Tu descanso ya no te pertenece, serás el guardián de mi desdicha. Mi condena es tu condena.

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