11 de marzo de 2009

Hasta siempre...


Me senté delante de la ventana para ver cómo se subía al coche cargado con su caja llena de momentos, calado hasta los huesos debajo de aquel manto lluvioso en que se habia convertido el cielo... y me uní al desfilar de gotas de agua en el cristal, abrí el torrente de mi cuerpo y dejé salir esas lágrimas que tanto me había costado mantener dentro de mí.
Debía ser así, era injusto para él, quizá también lo había sido para mí, pero había llegado el momento y no podía echarme atrás como tantas otras veces...
Lo seguí con la vista hasta que giró en la esquina de la frutería, me sequé los ojos y me giré decidida a ver con una nueva perspectiva el apartamento, mi apartamento.
En un momento me encontré rediseñando los espacios, llenándolos de mí y de mis deseos, preparando un nuevo lugar lleno de sueños, ilusiones y ganas de vivir.
Comenzaba una nueva etapa y la afrontaba con muchas ganas...

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