28 de abril de 2009

El metro

Sentada en la boca del metro, espera ver subir las escaleras a alguien que me rescatara de mi hastío, no sabía si hombre o mujer, pero alguien que me hiciese pensar que la vida no era eso que yo conocía, que había mucho más allá de lo que mis simples pasos me habían mostrado...
Lo único que subió las escaleras, fué el gurdia de seguridad que me avisaba de que no podía quedarme ahí quieta, era un lugar de paso, así que debía caminar.
Me fui arrastrando los pies calle abajo, sin rumbo fijo, pensando que nunca encontraría esa señal que tanto buscaba, que nada me haría despertar de la estática emocional...
Y recordé al guardia de seguridad, subiendo las escaleras, con serio semblante "es un lugar de paso, no te quedes ahí parada..."
Eso era. Movimiento, no quedarse quieto, la vida no es un lugar para esperar, sino para caminar, para avanzar, para conocer... eso era.